Anchoa y espárrago, dos manjares saludables

Anchoa y esparrago

Hoy, en Calidad Gourmet, tienda de alimentación gourmet online, te queremos presentar dos de nuestros más apreciados manjares: la anchoa del Cantábrico y el espárrago de Navarra. Estos dos productos son tan reconocidos como beneficiosos para nuestra salud y, en Calidad Gourmet, disponemos de una gran variedad de ellos. Además, resultan idóneos para la época del año en la que nos encontramos. Pues, tras los excesos de las fiestas, comenzamos a cumplir objetivos, entre ellos seguro que cuidarnos y reducir unos kilitos, pero seguimos queriendo disfrutar del buen comer y estos dos productos resultan el ejemplo perfecto para realizar nuestra labor.

La anchoa del Cantábrico

De la anchoa sabemos que es la versión marítima del cerdo, pues se aprovecha todo, desde la cabeza hasta las espinas. Pero al igual que pasa con el cerdo, no todas las anchoas nos interesan. Las más apreciadas son las de la variedad Engraulis encrasicolus y más concretamente aquellas que hayan sido capturadas en la zona del Atlántico Noreste (zona que comprende el mar Cantábrico). La época ideal para su captura es la llamada costera de primavera, es decir, justo antes de los meses de verano, cuando las anchoas se acercan a la costa para el desove. Los filetes de los ejemplares que se capturan en esas fechas son más jugosos y compactos.

Pero esta apreciada industria no fue descubierta por vascos ni cántabros. Sino por sicilianos, napolitanos y genoveses que sabían del valor comercial del bocarte (aquí se usaba como cebo para el besugo) y que, hartos de tener que hacer el viaje de ida y vuelta cada año para abastecer el mercado transalpino, decidieron instalarse a finales del siglo XIX en Santoña, Laredo, Castro Urdiales, Guetaria… Fueron estos salatori quienes enseñaron a las flotas locales las técnicas de pesca y de conservación en salazón, e incluso uno de ellos, Giovani Vella Scatagliota, fue el responsable en 1883 de idear la presentación de los filetes en aceite –y del octavillo, la lata que las alberga– que ha llegado hasta nuestros días con muy pocas variaciones.

Os presentamos una de nuestras marcas estrella en lo que a anchoa del Cantábrico se refiere: Ría de Santoña

¿Por qué Ría de Santoña?

Ría de Santoña está considerada como una de las mejores conserveras de las muchas que hay en Santoña. Por su excelente calidad y sus artesanales métodos de elaboración, Ría de Santoña disfruta de un merecido reconocimiento a nivel mundial.

Ría de Santoña solo trabaja con materia prima de primerísima calidad, es decir, piezas grandes, de gran calidad, manipuladas a mano y con producción limitada. Bien desespinado y con perfecto equilibrio entre el pescado, la sal y el aceite de oliva. La conservera Ría de Santoña fusiona frescura y tradición con el sabor único de los pescado del Cantábrico, los aromas de los mejores aceites e ingredientes 100% naturales, sin conservantes ni aditivos artificiales.

Ría de Santoña destaca también por la jugosidad y ternura de sus pescados. Es una de las marcas mejor valoradas por los consumidores en cuando a la relación calidad-precio y, sobre todo, de valora el respeto de la marca por el producto.

El espárrago de Navarra

La Denominación Específica “Espárrago de Navarra” se destina a espárragos producidos en Aragón, La Rioja y Navarra en los terrenos que el Consejo Regulador considera aptos para una producción de calidad, comercializándose con las categorías Extra y Primera. Considerados embajadores de toda Navarra, son fácilmente reconocibles por su color blanco, su textura suave, con fibrosidad escasa o nula y su exquisito sabor.

Un producto muy actual a pesar de tener un origen muy antiguo, tal como muestran algunas pinturas egipcias, datadas 3.000 años A. C., donde aparecieron los primeros vestigios de la existencia de este fruto. Sin embargo, es en la época del Imperio Romano cuando aparecen mencionados en los escritos de algunos autores como Plinio.

Según cuentan, las primeras semillas de este fino alimento fueron traídas desde Bagdad, como parte del equipaje de un oriundo que se vio obligado a abandonar dicha ciudad y terminó asentándose en Córdoba. En uno de sus viajes, un ciudadano de Tudela degustó por primera vez aquel manjar, y solicitó le cedieran algunas semillas, sembrándolas a su regreso en la capital ribera, y convirtiendo al espárrago en uno de los protagonistas de las mesas navarras.

¿Por qué La Catedral de Navarra?

Porque La Catedral de Navarra es una de las más prestigiosas marcas de conservas vegetales de la huerta de Navarra. Una de las bases sobre las que se sustenta la empresa es que la región navarra les regala la exquisitez del producto mientras que ellos solo la preservan para los paladares más exigentes.

La Catedral de Navarra es la gran apuesta de la familia Sainz, que lleva más de 70 años en el sector de las conservas vegetales gracias a su compromiso con la calidad y a su respeto por los productos naturales. El esfuerzo de investigación de La Catedral de Navarra se dirige a mantener intactos el sabor, la textura y la franqueza de las verduras recién cosechadas. Los frutos son elaborados y conservados nada más llegar del campo, y cada paso del proceso vela por que no se pierda ni una pizca de su autenticidad.

Historia de LC

La historia de La Catedral de Navarra se remonta a la primera mitad del siglo pasado. Durante la Guerra Civil Española, las madres de los soldados ya conservaban vegetales, guisos y patés para sus hijos, y en la posguerra era también fundamental guardar el máximo de alimentos en su temporada para disponer de ellos todo el año. Las conservas se convirtieron en algo necesario y cotidiano, sobre todo en regiones como la ribera navarra, donde la fértil huerta regalaba productos exquisitos que merecía la pena guardar.

Petra López, abuela del actual propietario de La Catedral de Navarra, comenzó entonces en Mendavia un pequeño negocio de cerrado de botes, combinando el conocimiento del campo con un marcado carácter emprendedor. Ella y su familia sellaban con estaño tanto sus propias conservas vegetales como las que preparaba en sus casas la gente del pueblo. A mediados de los años 40 vendían ya alcachofas, tomate, pimientos, espárragos blancos y puerros. Desde entonces, todos los esfuerzos de la familia se han dirigido a obtener las mejores verduras y conservar intacto su sabor, lo que ha convertido a La Catedral de Navarra en un sinónimo de calidad.

Sinónimo de calidad

Los productos de La Catedral de Navarra poseen numerosos certificados de calidad que avalan la exquisitez de sus productos. Entre ellos destacan las denominaciones de origen: Piquillo de Lodosa, Alcachofa de Tudela, Espárrago de Navarra y Aceite de Navarra. Pero también poseen los certificados: IFS, Cultivo Ecológico y BRC.

La Catedral de Navarra cuenta cada vez con más cultivos de agricultura ecológica, gracias a los cuales ha obtenido la certificación europea para estos productos. Con este sello, se garantizan prácticas como la rotación de cultivos, los estrictos límites en el uso de productos químicos o el cultivo de variedades autóctonas.

La BRC es una norma desarrollada por el Consorcio Británico de Detallistas (British Retail Consortium) en 1998 que garantiza la seguridad y controla los requisitos legales de los proveedores. El BRC se basa en el análisis de los riesgos en puntos críticos de control (HACCP), el sistema de gestión de la calidad, ambiente de la fábrica, control del producto y control de los procesos y trabajadores.

Por su parte, la norma IFS (International Food Standard) es imprescindible para exportar a Francia y Alemania, aunque otros países como Suiza, Austria, Bélgica o Polonia están apostando también por este modelo. Con el mismo objetivo de seguridad alimentaria que la BRC, nace en el 2002 cuando la Unión Federal de la Asociación y la Distribución alemana (BDH) y la Federación del Comercio y la Distribución Francés (FDC) la desarrollan bajo el paraguas de la Global Food Safety Initiative.

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