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El atún rojo de almadraba
La extinción del atún rojo pone en peligro la tradicional pesca de almadraba.
La pesca de almadraba del atún rojo en las costas del estrecho de Gibraltar tiende a desaparecer, debido al descenso en número de capturas de este imponente cetáceo. Recordemos que la almadraba es un arte de pesca que tiene su origen en los fenicios hace más de 3000 años y que los romanos ya utilizaban en el asentamiento de Baelo Claudia situado en la actual playa gaditana de Bolonia.
Ya en el siglo XII, el duque de Medina-Sidonia recibe la gracia del rey de gestionar las almadrabas del sur atlántico y del Mediterráneo. Esta casa nobiliaria las vino explotando en diversos lugares de la geografía andaluza, desde Huelva a Gibraltar fundamentalmente, hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX, momento en que pasa a ser una gestión empresarial.
La almadraba es un arte para la pesca del atún, la más simple de las cuales consiste en situar dos barcos a cierta distancia entre los que se cala una red sujetada con un palangre en la que se recogen los peces y los atunes. Gracias a que hasta que se suben al barco siguen vivos, en el acto se pueden seleccionar las mejores piezas. Entre los barcos y sobre la red bajan los pescadores más experimentados que se dedican a seleccionar los atunes que pueden pesar unos 200 kilos. La pieza elegida es desangrada y luego sus compañeros sobre el barco le clavan arpones y entre tres o cuatro hombres es subido a bordo, esto se repite con cada pieza. Numerosos expertos aseguran que este sistema de pesca no es agresivo con los bancos de túnidos aunque llama la atención que el mar se tiña de rojo en ese cuerpo a cuerpo entre los pescadores y el atún en las redes.
Las capturas del atún rojo se realizan durante los meses de mayo o junio que es el momento que el atún rojo pasa del Atlántico al Mediterráneo o de septiembre a octubre, donde el atún rojo realiza su viaje de vuelta al océano Atlántica. El pescado en primavera suele ser utilizado más en fresco, mientras el pescado en otoño se utiliza para la elaboración de la mojama.
Para dar una mayor cobertura del problema, las cofradías de pescadores de Cádiz invitaron a los más prestigiosos cocineros españoles, entre los que destacaban Ferrán Adriá y Juan Mari Arzak, a presenciar la primera ‘levantá’ (alzada de redes) de la almadraba y a degustar el resultado de la pesca. Los cocineros no quedaron defraudados.
A recordar que la almadraba es una actividad que genera empleo y que revitaliza la economía de la región, ya de por si castigada por el desempleo y que con la desaparición de la almadraba no podrán sacar adelante a sus familias.