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El fraude de la alimentación en España
No estamos informados debidamente y se nos intenta engañar constantemente.
Está claro que no es oro todo lo que reluce y en cierto modo es lo que está sucediendo cada vez que nos acercamos al supermercado. ¿Sabemos lo que comemos? Los consumidores tenemos ideas preconcebidas sobre los alimentos que consumimos y las marcas comerciales lo saben y en muchos casos nos la pegan doblada.
Hay varios productos en los cuales el fraude está siendo casi escandaloso, un ejemplo, el espárrago de Navarra. Las propias marcas tradicionales de Navarra, Carretilla, Cidacos, etc, nos están induciendo al error, denominándolos “cojonudos”, cuando realmente no son ni “cojonudos” ni navarros sino chinos o peruanos, el caso es que en los últimos años, las hectáreas destinadas al espárrago en Navarra han descendido un 70%, mientras que el consumo del mismo ha aumentado. En situación similar se encuentra el pimiento de piquillo de Lodosa, el cual procede de China y de los países del Magreb.
En el mar, después de 5 años de cierre de la pesquería de la anchoa en el Cantábrico, la auténtica anchoa del Cantábrico ha vuelto a las lonjas. Los pescadores se han quejado del poco precio que se ha pagado después de 5 años sin anchoa, y es que la competencia de la anchoa de otras latitudes (Croacia, Argentina, Chile) es fuerte y las conserveras prefieren las segundas por su precio ante la calidad de las primeras. La anchoa del cantábrico puede costar 3 € por kilo mientras que la anchoa de Argentina 60 céntimos. Eso si, luego nos la venden como del Cantábrico.
Otro caso puede ser el berberecho gallego, que los denominan berberecho elaborados en las rías gallegas, los cuales son manipulados allí, pero su procedencia es otra. Caso parecido a la fabada Asturiana que comercializan ciertas marcas, las cuales proceden de Canadá.
Y no nos olvidemos del fraude del aceite de oliva virgen extra, donde las marcas que están en las grandes superficies nos venden aceite de oliva virgen extra por aceite de oliva virgen.
En fin, las asociaciones de consumidores están pidiendo que la ley exija a las marcas incluir la procedencia del producto y evitar mensajes equívocos que induzcan al engaño al consumidor.