¿Cuál es la mejor conserva de bonito?

Cuál es la mejor conserva de bonito

Desde comienzos del verano, los pescadores comienzan con la captura de los mejores ejemplares de bonito del norte en el mar cantábrico. Esta campaña se suele alargar hasta el inicio del otoño adquiriendo cada vez mayor importancia debido a que este túnido es cada vez más apreciado por su carne blanca, suave textura y característico sabor.

Además de la calidad de la materia prima, es muy importante la forma de envasar este tipo de conservas. La forma más común de ver esta conserva es en tarro de vidrio y fileteada a cuchillo. Pero a parte del envase, el aliño en el que venga conservado puede hacer de este producto un auténtico manjar. Por tanto, ¿cuál es la mejor conserva de bonito?

¿Cuál es la mejor conserva de bonito?

Bonito del norte en aceite

Considerado como el mejor aliño posible para esta conserva, el aceite de oliva es un aliado perfecto para este producto ya que potencia el exquisito sabor del bonito del norte además de aportarle melosidad. Se puede tomar tanto en ensaladas o con pimientos del piquillo, como con pastas o arroz. Son muchas y muy variadas las combinaciones que ofrecen un gran resultado.

Bonito del norte en escabeche

En escabeche es otra de las formas más conocidas de consumir conservas de bonito del norte. Esta técnica se remonta a los antiguos pueblos del mediterráneo. Se basa en un aliño formado por vinagre de vino blanco, aceite vegetal, sal y especial, sin necesidad de añadirle ningún tipo de conservante u otro aditivo no natural. El bonito del norte en escabeche es un producto ideal para elaborar ensaladas, empanadillas, sándwiches y otras simples elaboraciones.

Ventresca de bonito en aceite de oliva

Por tratarse de la zona más delicada y tierna del bonito, la ventresca es una de las partes más agradables al paladar. Tradicionalmente conservada en aceite de oliva, la ventresca de bonito se presenta en filetes sin laminar, para poder preservar todas y cada una de las capas de grasa presentes entre sus láminas. Esta grasa hace que la carne sea mucho más fina y suave.

Este delicado manjar puede consumirse directamente y sin ningún tipo de acompañamiento. Aun así los pimientos del piquillo es un producto que casa muy bien con esta conserva, e incluso en platos tan sencillos como una ensalada pueden hacerla subir de nivel.

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