La pesca del atún rojo de almadraba Bien de Interés Cultural

La flota de almadraba de Cádiz captura el 20% de la cuota del atún rojo permitida en todo el mundo.

Las cuatro almadrabas que pescan atún rojo en la provincia de Cádiz son las únicas existentes en España y el Grupo de Desarrollo Pesquero Cádiz-Estrecho pretende que la pesca de almadraba sea declarada Bien de Interés Cultural, “un arte de pesca que nos llega como herencia desde los tiempos de los fenicios”, según indicaron sus responsables. De este modo señalaban las mismas fuentes, “no desaparecerá este arte pesquero milenario, ecológico, respetuoso con la especie y muy enraizado socialmente en la provincia hincapié en la importancia de reconocer el interés cultural de las almadrabas, recalcando su interés económico y social”. La desaparición de esta pesca llevaría a la ruina a la comarca que depende en gran medida de la pesca del atún rojo y del sector conservero, donde en este momento más de 2300 personas viven directamente de estos ingresos.

Desde el año 2006, las capturas permitidas de atún rojo han descendido en un 54% lo que ha obligado a la reducción de la flota pesquera que según grupos ecologistas es insuficiente y que lleva al atún rojo al peligro de extinción. Greenpeace y WWF han denunciado “el incumplimiento generalizado de las normas de pesca” de atún rojo en 2010, sobre todo en los barcos de cerco, que durante un mes atrapan unas 130 toneladas de atunes cada uno para engordarlos en granjas a la espera de su exportación a Japón. El director general del Grupo Balfegó, dueño de cuatro de los seis barcos cerqueros españoles, también pide “la persecución de la pesca ilegal. Si se acaba el atún, los ecologistas seguirán viviendo igual, los pescadores, no. Este sector genera cientos de puestos de trabajo directos e indirectos y de él dependen muchas familias gaditanas “, opina.

El gobierno español rechaza las reclamaciones de grupos ecologistas. La nueva ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, explicó en el Congreso que hay que dar “tiempo suficiente” para valorar los resultados del plan de recuperación de la especie. Además señala que el atún que sale de España tiene un código de identificación, lo que presupone que nuestro país está cumpliendo con lo estipulado y que el fraude no es algo generalizado.

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