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¡¡Viva San Fermín!! Gora San Fermin!!
05 Jul
El inicio de la fiesta taurina más mediática, visitada y querida de España ya está aquí. A unos días del chupinazo, en Pamplona ya se preparan para recibir el millón y medio de turistas que suelen recibir estos días. ¡Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio y siete de julio San Fermín…A Pamplona hemos de ir…! Como cada 6 de julio a las 12:00 del mediodía, después del chupinazo la ciudad entera se tiñe de rojo y blanco durante ocho días y las calles de Pamplona se convierten en alegría, festejo y diversión para disfrutar del San Fermín 2018.
El primer encierro se celebrará al día siguiente: a las 8 en punto de la mañana se abrirán las puertas del corral de Santo Domingo. En ese momento, cientos de personas correrán delante de los toros siguiendo el trayecto por el casco antiguo que los lleva hasta la plaza de toros.
Lo mejor para disfrutar al máximo de los sanfermines según recomiendan desde la propia web de Turismo de Navarra, es aparcar el coche en un parking público y si tenéis suerte, en uno de los gratuitos habilitados especialmente para las fiestas. Después, lo mejor será moverse andando por la ciudad, aunque Pamplona también dispone de una red de autobuses completa.
Una de las mejores formas de disfrutar de la festividad de San Fermín 2018 es empezando tu día, como no, madrugando para ver el encierro (a no ser que seas uno de los valientes que se atreve a correr). Los visitantes eligen diferentes formas de disfrutar del encierro, la más usada es tras el vallado. Conviene tener mucha precaución si se opta por este método y además, no se puede reservar sitio. Por ello, lo mejor será bajar hacia las 6:30 de la mañana, preferiblemente abrigado debido a las bajas temperaturas nocturnas, y esperar pacientemente hasta las 8:00.
Al inicio del recorrido, en la calle Santo Domingo, hay un espacio sin vallado habilitado para ver el comienzo del encierro. Acude mucha gente a este punto por lo que será recomendable llegar sobre las 5:30 o 6:00 de la mañana. La mejor manera de disfrutar del encierro, desde una buena perspectiva y de forma segura, es desde los balcones. En la Oficina de Turismo de Pamplona (C/ San Saturnino, 2. Tel.: 948 42 07 00) se facilitan los teléfonos de quien proporciona este servicio, que en algunos casos viene acompañado de desayuno. No obstante, es evidente que esta no es la opción más económica.
Si finalmente te has tenido que conformar con ver a los toros a pie de calle, te recomendamos que tu próximo paso sea desayunar. Durante el día podrás descansar, visitar Pamplona o acudir a los numerosos eventos que tiene preparado el ayuntamiento. A partir de las 18:00 y hasta las 20:30, puedes presenciar una corrida de toros en la plaza y al finalizar, participar en la salida de las peñas, una de las citas más coloridas de los Sanfermines.
Por la noche podrás realizar un recorrido de tapas para finalizar viendo los fuegos artificiales desde la terraza de Baluarte, el Palacio de Congresos y Auditorio de Pamplona, ubicado justo enfrente a la ciudadela, con una copa de cava en mano. Para acabar la noche de la mejor forma posible tendrás música y canciones en vivo en el mismo escenario. Para los más pequeños hay gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos paseándose durante todo el día por las calles de la ciudad.
Origen de San Fermín
La festividad de San Fermín, conocida internacionalmente, entre otras cosas, por su aparición en el libro Fiesta, de Ernest Hemingway, nació en la época medieval como feria comercial. Como las ferias eran lugares de encuentro de mercaderes, ganaderos y aldeanos, eran también pretexto para festejar y comenzaron a organizarse corridas de toros como parte de la tradición.
San Fermín, cuando aquello, era hijo del que por el siglo III era el jefazo romano de Pamplona. El tal Fermín se convirtió al cristianismo y se fue a Tolouse a hacer un máster de obispo. Allí cristianizó a miles de paganos y se quedó a vivir en Amiens. Alguna debió liar que apareció torturado y degollado. Esta leyenda nació hacia el siglo IX en la localidad francesa de Amiens, y desde allí llegó a Pamplona en el siglo XII, convirtiéndose en un santo de devoción para cientos de pamploneses.